domingo, 18 de septiembre de 2011

Cuentos de terror al este del Pichi Leufu

Estuvimos trabajando en la redacción de cuentos. Esta vez, atrapados por el género del terror profundizamos nuestros conocimientos en: características, personajes y núcleos narrativos. Queremos compartir las producciones ambientadas "Al este del Pichi Leufu". Cabe aclarar que los cuentos publicados son "pura ficción", cualquier semejanza con hechos reales son mera coincidencia...

LA SILUETA

Ya atardecía. En una piedra a orillas del río Pichi Leufu se hallaba sentada una silueta muy oscura y extraña. Pasaban las horas y la silueta seguía inmóvil. La luna ya estaba alta. De pronto se escuchó un ruido de piedras. La extraña figura se paró de inmediato y se ocultó en una pequeña cueva que había allí cerca.

Un hombre a caballo se dirigía a su casa, que quedaba cerca de ese lugar. La sombra lo siguió. El hombre presintió que lo seguía alguien y se dio vuelta pero no vio nada, cuando miró nuevamente hacia el frente vio el horrendo y destrozado rostro de la silueta, gritó muy fuerte y galopó hasta su casa.

Al llegar le contó a su mujer y ella no le creyó, enseguida fue a ver a su hijo que estaba en el cuarto. Se acercó a la cuna pero el bebé no se encontraba. La horrible sombra se lo había llevado.

El hombre y su mujer lo buscaron desesperadamente toda la noche; pero no habían ido a la oscura y tenebrosa cueva que estaba cerca del río, donde la silueta se ocultaba.

El hombre desesperado por encontrar a su hijo quiso entrar a la cueva para ver si se encontraba ahí. Entró con una linterna porque no se veía nada.

La mujer, al ver que su esposo tardaba, fue en busca de él; pero cuando lo encontró estaba ahorcado y su bebé estaba en una cuna de plata. De repente apareció la silueta, agarró al niño y salió corriendo. La mujer fue detrás de ella gritando que le devuelva a su hijo. Después de una larga persecución llegaron a una roca alta, cerca del río. La mujer acorraló a la sombra en el extremo de la piedra. La silueta sin dudar se tiró al precipicio y ambos desaparecieron.

Desde entonces la mujer todas las tardes se queda sentada en esa roca, esperando que su hijo regrese.

Tamara Pallaleu

Brisa Argel


LOS LICAÓN

Era un viernes. Anochecía en las cercanías del cementerio de la familia “Licaón”, en el paraje de Pichi Leufu.

Nahuel, regresaba a su casa después de un largo día en la escuela. Iba pasando cerca del cementerio un poco asustado cuando de pronto escuchó un grito que provenía de las tumbas. Nahuel, aterrado, empezó a correr pero más adelante lo venció la curiosidad y se le dio por volver; total, pensó, para él los fantasmas no existían.

Cuando se acercó lentamente al portón del cementerio vio a dos integrantes de la familia Licaón que estaban matando a una persona. Nahuel se asustó tanto que no pudo resistirse y se le escapó un grito. Los Licaón rápidamente lo vieron y decidieron que debían matarlo, porque sinó el niño iba a contar a sus padres lo que había visto y todos los pobladores del paraje se iban a enterar que eran unos asesinos.

Nahuel no sabía qué hacer, él veía que los hombres se acercaban cada vez más y se echó a correr. Corría lo más rápido que podía. Los hombres lo siguieron, se estaban acercando, y Nahuel corriendo, empezó a pensar que si seguía corriendo a esa velocidad lo iban a alcanzar; así que se escondió atrás de una piedra. Los hombres se detuvieron porque ya no lo veían más. Entonces se dieron cuenta que el chico se había escondido porque no era tan rápido y no podía desaparecer tan fácilmente, así que decidieron buscarlo. Nahuel estaba tan asustado que se le escapó un llanto. Él se tapaba la boca, pero fue inútil, lo descubrieron. Intentó salir corriendo nuevamente pero los Licaón lo atraparon. Lo tiraron al piso, le taparon la boca y lo degollaron.

Nunca más se supo algo del niño en Pichi Leufu.

Sandro Antimil

Nahuel Santibáñez

2 comentarios:

  1. Chicas que buenos cuentos!!!!Está muy bien logrado el género y me gusta mucho el desarrollo y desenlace de los cuentos...las felicito!!!

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  2. muy buenos...~.~
    la silueta

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